¿La misión está clara?

Posted By Eduardo Moura in Blog | 2 comments


¿La misión está clara?


Si alguien no sabe a dónde quiere llegar, cualquier camino sirve; incluso el camino que lleva al precipicio. De donde se concluye que es importante tener un sentido de propósito en aquello que hacemos. Si eso ya es algo desafiante a nivel individual, mucho más a nivel colectivo: alinear a las personas de una organización alrededor de una misión clara e inspiradora es tarea crucial, pues hace toda la diferencia entre una empresa que apenas flota al sabor de las ondas y otra que navega directo a su puerto de destino. Sin embargo, por increíble que parezca, 99% de las declaraciones de misión que he visto dejan mucho que desear con relación a aquella finalidad. ¿Por qué será?

Primero, porque muchos redactan y publican “misión, visión y valores” más presionados por una cuestión de modismo empresarial que impulsados por el fuerte deseo de que todos en la organización actúen de manera coherente delante de los clientes y demás partes interesadas. Segundo, porque al definir aquellos elementos fundamentales de la ideología empresarial, no hay un entendimiento claro y distinto al respecto de los mismos, lo que da origen a la mezcla, redundancia y confusión en el texto. Tercero, por no tener claro que aquellas definiciones se realizan para los colaboradores internos, y no para el público externo, con frecuencia la redacción es rebuscada y prolija. Cuarto, porque normalmente se confunde la misión propiamente dicha con las consecuencias de cumplirla (por ejemplo: “ser líder en…” o “crear valor para …” con frecuencia aparece en el texto de misiones, pero en verdad el liderazgo o el valor creado es apenas el resultado de hacer algo específico: la misión de la empresa). Y quinto, porque casi nunca se realiza distinción entre la esencia o aspecto central de la misión y las condiciones necesarias que soportan el cumplimiento de la misma: todo queda mezclado en una frase larga y compleja.

Del matrimonio de tales equivocaciones nacen las típicas declaraciones sin sentido que circulan por ahí: rebuscadas, confusas, insípidas, difíciles de memorizar e, por lo tanto, “intrabajables”. Como consecuencia, queda fatalmente comprometido el crucial paso siguiente, que sería inculcar valores, misión y visión en los corazones y mentes de los colaboradores. El insignificante resultado final son cuadros diseñados con primor visual y cuidadosamente colocados en las paredes, pero que mal sirven para impresionar a los visitantes y mucho menos para energizar al personal.

Para ayudar a mejorar la definición de misión, además de los puntos mencionados arriba, ofrezco los siguientes tips:

  • Debe ser una única frase, concisa y clara.
  • Debe expresar de manera auténtica la naturaleza esencial o razón de ser primordial de la organización (y algo más noble e inspirador que simplemente generar dinero).
  • No debe contener gerundios, ni complementos como “a través de…” o similares. Estos normalmente reflejan las condiciones necesarias o factores críticos de éxito, y deben ser registrados aparte del texto que define la misión.
  • Debe expresar algo que la empresa ya realiza o puede realizar en el corto plazo, y no un objetivo o meta a ser conquistada en el futuro (lo que debería colocarse en la frase que define la visión de largo plazo).

 

Para ilustrar los puntos arriba, considere los siguientes ejemplos de misión, recogidos al azar en una rápida búsqueda en Internet:

lamisionestaclara

Finalizo con algunas buenas definiciones de misión:

“Organizar las informaciones del mundo y hacerlas mundialmente accesibles y útiles.” (Google)

“Entregar incansablemente avances y plataformas tecnológicas que se tornen esenciales para la manera en que trabajamos y vivimos.” (Intel)

“Proveer productos y servicios médicos excepcionales, que restauran la vida activa.” (Stryker)

Captura de pantalla 2015-07-27 a las 18.03.10¿Y usted? ¿Qué piensa sobre este tema?

Cualquier comentario será muy bienvenido.

Hasta la próxima edición!

Eduardo C. Moura
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