Las personas son buenas

Posted By Eduardo Moura in Blog | 1 comment


Las personas son buenas


Habiendo tenido el privilegio de trabajar por muchos años en diversas  empresas de algunos países latinoamericanos, es interesante constatar la validez de ciertos principios universales, independientemente del tipo de organización, país o cultura. Uno de esos principios, particularmente relevante y emocionante, es el hecho de que las personas son buenas.

En una cierta ocasión, estaba facilitando una sesión de planificación estratégica de un organismo público de alcance nacional, de la cual participaban unas 30 personas responsables por la dirección del mismo. Al iniciar el trabajo de 5 días de intensa reflexión, el clima era tenso y pesado. Y cuando levantamos los “efectos indeseables” de la realidad actual de aquella organización, saltó como canguil un hecho doloroso, resumido en la siguiente frase: “gran parte del personal está desmotivado”.

Al llegar al consenso de que eso era un problema real que impedía que la organización cumpliera su misión, estoy seguro de que, inmediatamente, vinieron a la mente de los participantes consideraciones del tipo: “necesitamos identificar a los individuos desmotivados y tomar medidas drásticas al respecto”, o “tenemos que implementar urgentemente un plan de incentivos  para motivar al personal”, o aún “es necesario aumentar el grado de control sobre los funcionarios”. Sin embargo, después de un considerable esfuerzo analítico, concluimos que el problema de fondo era determinado por la fuerte y constante presión política por resultados inmediatos de aquella institución, sumada al clásico paradigma de la gestión departamentalizada,  y agravada por una política oficial de “gobierno por resultados”, lo que hizo que la cuestión humana quedara relegada a enésimo plano, por muchos años.

Eso hizo que toda una serie de consecuencias negativas emanasen directamente de aquel problema central, entre las cuales: “los papeles y responsabilidades en el trabajo no están claramente definidos”, “la estructura de cargos y salarios está obsoleta”, “existen graves disparidades salariales”, “el ambiente físico de trabajo no es adecuado” y “no existen políticas y prácticas de reconocimiento de equipos y individuos”. Cuando la constatación conjunta de tales causas bajó sobre el equipo como los primeros rayos de sol sobre un valle sombrío, tuvimos un momento de grata revelación y espanto: “Guau! ¿Cómo es que todavía tenemos personas motivadas, a pesar de que trabajen en un ambiente como ese?! ¿Por qué será que nuestro personal todavía insiste en trabajar aquí??!! E, inmediatamente, las risas llenaron aquel salón de hotel. Porque  llegamos a la dulce conclusión de que aquella reunión de planificación, en la cual 30 personas dejaron sus puestos de trabajo (con “incendios” acumulándose a cada hora) para dedicarse durante toda una semana a buscar formas de mejorar, era simplemente un “milagro”. Así es. Las personas son buenas … realmente!

Captura de pantalla 2015-07-27 a las 18.03.10¿Y usted? ¿Qué piensa sobre este tema?

Cualquier comentario será muy bienvenido.

Hasta la próxima edición!

Eduardo C. Moura
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